Cuentos
Los cuentos no han sido inventados, son los restos últimos de una antigua clarividencia, de seres humanos que aún pudieron tener esas vivencias en sueños. Lo que ellos veían en los sueños, lo contaban. En realidad los cuentos originarios hablan de realidades espirituales que se han vertido en almas humanas capaces de captar estas verdades en forma de imagen. Es decir no es algo inventado.
En la cultura Protohindú la clarividencia antigua aún estaba muy difundida. Por eso no es de extrañar que la mayor parte de los cuentos de hadas, sagas y fábulas en realidad se remontan originalmente a la india. Gran parte de la raíz común de muchos cuentos etc. europeos se encuentran en antiguos libros indios.
La colección india más notoria es el Panchatantra. Ya en el siglo VI a. C. era muy querida. En el siglo XIII llegó a Europa a través de traducciones persas y árabes y al final de siglo XV ya era conocida en la mayor parte de las cortes de los países europeos.
En todos los cuentos de hadas, que son tan inentendibles por los cultos de nuestro presidente, existen uno de dos temas o los dos: El tema de la esfinge, es decir que algo debe ser resuelto, que una pregunta debe ser respondida o el tema del encantamiento, del embrujo del estar hechizado en algo.
Los niños necesitan cuentos de hadas. Ellos son un alimento para el alma. En ellos y está contenido la sabiduría espiritual que nutre a la humanidad desde tiempos antiguos. En ellos está contenida una fuerza queda a las al alma. Son verdades que se transforman, que crecen con el niño y se transforman en virtudes, en fuerzas para afrontar la vida. Lo que entra en el alma como gotas se manifiesta más tarde como la alegría de vivir, el sentido de la vida como posibilidad, el arreglárselas con la vida en una edad posterior. Los niños tienen que poder vivencial la fuerza del contenido del cuento de hadas mientras aún pueden hacerlo. Muchas filosofías que se apoyan sólo en el plano físico, son la muerte para el alma.
Es veneno para el alma si es que uno le entrega el contenido espiritual de la realidad exterior sensoria a la edad entre los 6 a los 9 años de un modo que no sea en forma de cuento, que desarrolle la fantasía. El profesor debe tener fantasía y enseñarle de esta manera al niño todo lo que lo rodea: animales plantas y el resto de la naturaleza.
Y debido a que los cuentos están tan vinculados con lo más íntimo del alma, por ello los cuentos en su forma son lo más adecuado para el ánimo de los niños. De los cuentos se puede decir que han logrado el arte de expresar lo espiritual más profundo de la manera más sencilla. Cuando se expresa lo que es difícilmente comprensible en una forma obvia, Esto es un gran arte que está vinculado con la esencia del ser humano. Y por el hecho de que la esencia humana presente en el niño está ligada de una forma primordial, con lo universal con la vida en su totalidad, por eso el niño necesita Los cuentos como su nutrición.
Por ello le hacemos un gran bien a los niños, cuando dejamos obrar sobre su alma lo que lleva la raíz de su existencia a unirse con la raíz de la humanidad. Porque el niño aún debe ser activo en forma creativa en su propia entidad, porque debe todavía desplegar Las fuerzas formadoras para su crecimiento, para su desarrollo, por eso encuentra maravillosa nutrición para su alma en las imágenes de los cuentos, cuya raíz se encuentra en la existencia. Y debido a que el ser humano nunca puede ser arrancado de la raíz de su existencia, a pesar de encontrarse en condiciones racionales abstractas, por ello con una animo sano, a cada edad de la vida, Retorna feliz a los cuentos. Porque no hay ninguna edad, ninguna situación humana, que nos pueda hacer ajenos de aquello que fluye de los cuentos. Porque entonces debiéramos parar de vincularnos con lo más profundo de nuestra naturaleza, que es incomprensible para la razón, pero que se expresa de manera obvia en los cuentos de la manera más simple y con el ánimo fundamental de los cuentos.
Bibliografía
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Rudolf Steiner, GA 158, S. 107
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