Para que no se preste a confusión: la Antroposoía no tiene que ver con una religión o un credo determinado. Es una ciencia del espíritu y por lo tanto sus investigaciones son espirituales. La Navidad guarda un hondo misterio y estos misterios son materia central de investigación en la Antroposofía. No se busca creer en preceptos, sino entender los misterios. Los misterios del Cristo los entendemos como los escenciales del espíritu humano. Se busca entender, pensar, pero hay que aprender a pensar no sólo con la cabeza, sino con el corazón.
El nacimiento de Cristo nos invita a buscar el nacimiento cada año de manera luminosa del espíritu, del Yo en el ser humano y eso es algo que vale para todos los seres humanos de la Tierra, no importa su credo, nacionalidad, color, situación temporal. Así como el sol dona su luz a todos los seres por igual, así, en cada alma humana brilla la luz espiritual en su interior y ese nacimiento es el que puede renovarse cada año.
La Navidad no es sólo un día. Hay una preparación con los advientos y después una época que son 12 noches con su día posterior, desde el 24 de diciembre hasta el 4 de enero en la noche (y el 5 en el día). Todo lo que hagamos en estos días tendrá una repercusión especial en nuestra vivencia de los 12 meses correspondientes del año entrante. El día 13 – es decir del 5 en la noche al 6 de enero – es Epifanías (el 13 que reúne los doce puntos de vista en una unidad superior. Es nuestro regalo de lo que hemos reunido durante estas 12 Noches Sagradas. También se les puede hacer vivir a los niños esta época como algo especial con la ceatividad de cada padre-madre y de acuerdo a su circunstancia. Pienso que el hecho de crear algo para su/s niño/s también es una fuerza creadora especial que tiene que ver con el nacimiento.
La imagen es una bella pizarra que pintó Militza Farga siendo profesora Waldorf.