Chupete

Todos los bebés sanos tienen necesidad de succionar. El bebé necesita el reflejo de succión para comer y beber. Para algunos bebés el succionar también puede tener un efecto calmante.

 

Cuándo se me pregunta si es bueno o no es bueno usar chupete. Pienso que no hay una respuesta universal a esta pregunta. Hay que poder mirar muchos aspectos, ¿por que llora un bebé? ¿ Tiene hambre, tiene frío, está incómodo, le duele algo? El chupete no debiera ser la medida primera para calmar a un bebé inquieto. El darle atención, contacto corporal, mecerlo en brazos son formas de tranquilización. Cuándo se han evaluado todos esos aspectos y atendido a todas esas necesidades del bebé y aún así éste sigue llorando, pienso que es mejor usar un chupete, que dejar a un niño pequeño desconsolado durante un tiempo prolongado. Por lo tanto pienso que el chupete puede ser un mal necesario en algunas ocasiones. Si se puede evitar, mejor. Hay que seguir el principio “tan poco como sea posible, tanto como sea necesario”. Cuando no se pueda evitar, hay que usarlo la menor cantidad de tiempo por día posible y saber sacarlo a tiempo.

Cuándo un niño después de los dos años sigue chupando el chupete, especialmente cuando se aferra a él en forma tenaz, hay que ver si ese niño está teniendo el suficiente cobijo en su crianza, por parte de sus cuidadores. El chupete da una sensación de arrullo, de cobijo, que a los niños les gusta y los reconforta. A veces esta obsesión más allá de la medida con el chupete, puede ser un síntoma de esa carencia. Es importante en este caso evaluar si un niño tiene el suficiente cobijo. Esto no significa sobreprotección, sino el cuidado adecuado a su edad. No se puede estar cobijando a un niño de dos años igual que se lo hace con un bebé de tres meses. El cobijo y el cariño tienen que ir desarrollándose junto con el desarrollo del niño.

Si bien el chupete tiene un efecto protector contra el síndrome de la muerte súbita infantil, esto parece ser válido especialmente para los niños que no son alimentados al pecho. Este efecto protector se da cuando el niño está durmiéndose, pero no para el uso a diario.

 

 

¿Cuándo la succión del chupete puede transformarse en un problema?

 

Si el bebé toma pecho materno exclusivo, hay que esperar tres o cuatro semanas antes de ofrecerle el chupete. El usar chupete antes de las tres o cuatro semanas en bebés que tienen lactancia materna exclusiva, que es algo que se ha recomendado para reducir el riesgo de la muerte súbita infantil, se ha desrecomendado ya que puede interferir en la lactancia materna. Es decir, el chupete hay que introducirlo solamente después de que ya haya una lactancia materna bien establecida.

 

(Es importante saber que la prevención más importante para diversas enfermedades y riesgos, entre ellos el síndrome de muerte súbita infantil, la otitis media aguda y la malposición dentaria, se produce con la lactancia materna. Por ello todo el esfuerzo debe ir enfocado en lograr una buena relación en la lactancia materna.)

 

No usar el chupete para reemplazar o postergar comidas. Solamente ofrecer el chupete cuando el bebé no esté hambriento.

 

No forzar al bebé a tomar el chupete si no quiere hacerlo.

 

Nunca atar el chupete a la cuna del bebé o alrededor del cuello del bebé, esto puede ser peligroso y tener consecuencias serias.

 

El uso del chupete está relacionado con aumento de riesgo de otitis media aguda. Debido a la falta de cierre de la boca, en vez de la respiración fisiológica por la nariz se favorece más una respiración bucal.

 

El chupete puede influir en todo el tono muscular, también en el patrón de deglución que se puede modificar.

 

El uso intenso del chupete puede tener un efecto negativo en la posición de la mandíbula y en el desarrollo del habla.

 

 

Los bebés aproximadamente a partir de los tres meses introducen su mano en la boca u otros objetos, lo que es un proceso de desarrollo importante. El explorar chupando e investigar los objetos de esta manera a través de la lengua y de los labios. no se puede comparar con el chupar un chupete o chuparse el dedo gordo.

 

 

Los niños empiezan a balbucear a los seis a ocho meses y los adultos intuitivamente responden a esto. El chupete puede inhibir esa interacción y el establecimiento de ese diálogo temprano.

 

 

 

¿En qué fijarse al comprar un chupete?

 

Existen diferentes tamaños y modelos de chupete. Hay que probar diferentes tipos y ver cuál es el que le ajusta al bebé y cuál acepta.

 

Tratar de comprar uno que tenga una sola pieza no que se pueda romper en dos o más piezas.

 

Sugiero usar chupete de caucho, no de siñicona y menos de plástico, porque esto es importante para su sentido del tacto. Además es más amigable con el medioambiente.

 

 

 

¿Cuál es el plazo máximo para dejar el chupete?

 

Obviamente no hay una fecha determinada, o una edad exacta, pero en general los niños no debieran usar chupete más allá de los dos años aproximadamente. La succión de un chupete blando es un reflejo de bebé y es importante estimular a los niños en un desarrollo que vaya acorde a su edad. El estimular la succión en niños grandes, no les permite dar pasos importantes en su desarrollo.

 

 

¿Chupete o dedo gordo?

 

Si bien este punto es controvertido. Yo pienso que cuando el niño constantemente se mete el dedo gordo a la boca para chupárselo, si no tiene carencias importantes, hay que reemplazarlo por un chupete. Es más fácil después sacar el chupete que la costumbre de chuparse el dedo gordo y esto muchas veces persiste hasta que los niños son muy grandes.

 

 

¿Cómo hacer para que un niño deje el chupete?

 

Vuelvo a repetir que lo más importante es que los niños no tengan ningún tipo de carencia afectiva. Porque entonces si uno le saca el chupete, le saca su único consuelo. Si uno está seguro que ese niño tiene todo el cuidado y atención que requiere, entonces sí se pueden hacer las siguientes cosas, si es que el niño se resiste insistentemente a dejar el chupete.

 

  • Se le puede explicar que él ahora ya está muy grande y que van a hacer un lindo paquete y le van a regalar el chupete a un niño más pequeño que de verdad lo necesite. Y además a él se le va a dar un hermoso regalo que muestre que él ya es un niño grande. Por ejemplo puede ser un pequeño y hermoso posa-vela para poner en el velador y a la noche contarle un cuento con la luz de la vela.

 

  • Sin que el niño lo sepa se pueden ir haciendo pequeños cortes con una Gillette cada día en el chupete de modo que esos cortes se encuentren en el centro irradiando hacia los costados. Finalmente el chupete se va a abrir como una flor y ya no va a ser agradable para succionar. ¡No hay más chupete!

 

Bibliografía

 

https://pediatrics.aappublications.org/content/131/4/e1101

 

https://www.stillen-institut.com/de/schnuller-pro-und-contra.html